martes, 30 de octubre de 2012

Me dejé sugestionar

El otro día iba por la calle, de noche, cuando me pasaron varios coches de policía. Más adelante se veían las luces, de estos, otros más que llegaron, ambulancia y bomberos.

Había poca gente en el lugar, pese a la espectación que podrían generar tantas luces de emergencia juntas. Nada más llegar a la altura, un señor que pasaba detrás de mí gritó "¡No te tires, hombre!", dirigiéndose a un tipo que deambulaba por un balcón en el edificio frente al que estaba todo el despliegue.

Inmediatamente, como un restorte, secundé la alarma "¡Se va a suicidar!". Pero tras observar bien, me dí cuenta de que ese tipo lo único que hacía asomado en el balcón de su casa era, si acaso, seguir lo que pasaba en la calle.

Me sentí como un estúpido por haber tomado impulsivamente por buena la primera voz que escuché de un cualquiera que pasaba por ahí, y porque en el caso de haber habido más gente, habría sido una pieza más de propagación de una falsa alarma.


3 comentarios:

Piedra dijo...

Casi toda la manipulación actual se basa en esa dinámica de grupo a la que saben perféctamente como reaccionamos, es bueno darse cuenta, quedarse descolgado, porque puede que entonces se replanteé si sucede igual en otras cuestiones.

Borobia dijo...

Me temo que soy demasiado sugestionable en situaciones de peligro o emergencia, y es que en esos casos se me dispara la adrenalina y mi reacción es huir sin cuestionarme la veracidad de la alarma.



Trinity dijo...

A mí me pasa justo lo contrario, desde que hice el curso oficial de primeros auxilios, soy mucho más observadora y propensa a ayudar, eso sí, valorando con cierta "calma" todo lo que me rodea de la manera más objetiva posible. Rara vez me dejo sugestionar, aunque lo que describe la viñeta y lo que te sucedió, Herel, es muy humano.